Mis clases
A lo largo de mi carrera he realizado múltiples planificaciones, evaluaciones e implementaciones de estas, en este portafolio expondré 3 planificaciones, con sus respectivas evaluaciones y la implementación de esta en el aula, de diferentes núcleos de las bases curriculares de Educación parvularia. Antes de mostrar las evidencias me gustaría hablar de cómo se planificó y la importancia de la evaluación.
Como menciona la Subsecretaría de educación parvularia (2018) “La planificación, por una parte, ordena, orienta y estructura el trabajo educativo en tiempos determinados, pero a la vez es flexible y sensible a la evaluación permanente de cómo las niñas y los niños van reaccionando a la enseñanza realizada y de lo que van aprendiendo” (p.103).
En estas evidencias todas las planificaciones fueron diseñadas con el método a la inversa, es decir, planificar desde un objetivo claro (metas establecidas) y no desde la actividad, como mencionan Wiggns, McTighe (2005) se hace un análisis intencionado de tareas que valen la pena y deben ser cumplidas. Todas estas características facilitan y ayudan en el proceso, y para mi tiene más sentido planificar desde el objetivo, ya que así la meta es clara y la evaluación es coherente a esta.
A través de la evaluación podemos recoger la información necesaria para la toma de decisiones y saber si lo que enseñamos los niños lo están adquiriendo o para replantearnos si lo estamos haciendo bien. Como menciona la Subsecretaría de educación parvularia (2018) “ La evaluación, por su parte, es la práctica mediante la cual el equipo pedagógico recoge y analiza información en forma sistemática de los procesos y logros de los párvulos, en situaciones auténticas y funcionales, y retroalimenta a los involucrados.” (p.103).
Es importante tomar en cuenta la importancia de la evaluación continua, ya que no solo es una herramienta para medir el aprendizaje, sino también una guía valiosa para personalizar la enseñanza, promover el desarrollo integral y colaborar efectivamente con las familias en el proceso educativo de cada niño y niña, Sanmartí (2007) menciona que “Constantemente, tanto los que enseñan como los que aprenden tienen que estar obteniendo datos y valorando la coherencia de las ideas expuestas y de los procedimientos que se aplican y, en función de esta información, deben tomar decisiones sobre la introducción de posibles cambios”. (p.23).
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